17 de mayo de 2009

Exposición: JOAQUÍN SOROLLA (1863-1923), del 26 de mayo al 13 de septiembre 2009


El Museo del Prado de Madrid presenta una gran exposición antológica, compuesta por ciento dos pinturas, dedicada al pintor español más importante de su tiempo. En esta magna exposición, la mayor de las celebradas hasta la fecha dentro y fuera de España en torno a Sorolla, se incluyen los catorce paneles pintados para la Hispanic Society of America de Nueva York bajo el título de “Visión de España”, con pinturas dedicadas a todas las regiones de la península ibérica, incluyendo Portugal.

Joaquín Sorolla y Bastida nació en Valencia el 27 de febrero de 1863. Al quedar huérfano a los dos años, por fallecer sus padres a causa de una epidemia, fue recogido junto a su hermana Eugenia por su tía Isabel, hermana de su madre, y su marido, un cerrajero que intentó formarle en este oficio descubriendo que su auténtica vocación era la pintura.

Después de realizar estudios en 1874 en la Escuela Normal Superior y de asistir a clases nocturnas de dibujo en la Escuela de Artesanos, ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos, donde conoció a Juan Antonio García, hermano de Clotilde García, con quien acabaría casándose años después.

Al acabar su formación, estudió la obra de Velázquez y otros pintores del Museo del Prado, iniciando una etapa de pintura realista en la que consiguió en 1883 una medalla en la Exposición Regional de Valencia, la Medalla de Segunda Clase en la Exposición Nacional y un gran éxito en Valencia con su obra “El crit del palleter”, episodio dedicado a la Guerra de la Independencia.

Becado por la Diputación Provincial de Valencia, residió y estudió en Roma desde 1884 a 1889. Allí se puso en contacto con el arte clásico y renacentista y allí recorrió los museos y contactó con otros artistas de su tiempo. Junto a un amigo, el pintor Pedro Gil, en 1885 se desplaza a París y allí conoce el furor del movimiento impresionista, estilo que comienza a aplicar tras su retorno a Roma, en una etapa que se ha denominado naturalista.

En 1888 contrae matrimonio en Valencia con Clotilde García, pasando a vivir en la ciudad italiana de Asís, aunque al año siguiente se instalaron en Madrid. Un nuevo viaje a París en 1894 sería determinante para su pintura, aplicando los postulados impresionistas en el estudio de la luz, donde consigue un estilo personal muy definido. El luminismo o dominio magistral de la luz será el factor que caracteriza su pintura impresionista desde entonces, aplicándolo a escenas con paisajes mediterráneos y a otras tomadas de la vida cotidiana, algunas con intención de denuncia social, como “Y dicen que el pescado es caro”, pintada en 1895. En 1900 consigue el Gran Prix en el certamen internacional de París con su obra “Triste herencia”.

Habiendo alcanzado un gran prestigio en el oficio, que le permitió disfrutar de una desahogada posición social, el pintor fue reconocido en Valencia, donde le dedicaron una calle y le nombraron hijo predilecto. A partir de entonces viajó por Europa y América, exponiendo su prolífica obra con gran éxito en París, Nueva York, San Luis y Chicago.

En noviembre de 1911 recibe el encargo de Archer Milton Huntington, fundador de la Hispanic Society of America, de los catorce murales destinados a esta instirución, obra que ejecuta entre 1911 y 1919. Esta impresionante obra neoyorkina, para algunos la obra cumbre del maestro, está compuesta como una sucesión de escenas costumbristas de gran formato que alcanza una longitud de setenta metros, todas ellas con una altura de tres metros y medio. El pintor aborda, sobre estudios del natural, escenas características de las diversas regiones peninsulares. En esta serie figuran obras como “La fiesta del pan” (1913), dedicada a Castilla, “Los Nazarenos” y “Concejo del Roncal” (1914) referidas a Sevilla y Navarra respectivamente, “La Romería” (1915), representando a Galicia, y “Las Grupas” (1916) reflejando a Valencia.

En 1914 es nombrado académico, ejerciendo como profesor de composición y color en la Escuela de Bellas Artes de Madrid.

Paralelamente, Sorolla desarrolló su faceta de retratista, dejando para la posteridad las imágenes de Juan Ramón Jiménez, Vicente Blasco Ibáñez, Benito Pérez Galdós, Echegaray, Ortega y Gasset y el rey Alfonso XIII, entre otros.

En 1920, estando pintando el retrato de la señora Pérez de Ayala en el jardín de su casa madrileña, sufrió un ataque de hemiplejía que afectó seriamente a sus facultades físicas y mentales, viviendo esta dramática situación hasta el 10 de agosto de 1923, día que muere en su casa de la localidad de Cercedilla.

Sorolla pasaría a la historia de la pintura española como el mejor pintor impresionista y artista gráfico en los inicios del siglo XX, así como uno de los más prolíficos, con más de 2.200 obras catalogadas, siendo la pincelada vigorosa y los colores claros aplicados a escenas localizadas a las orillas del mar sus elementos más representativos, destacando la elegancia de sus figuras femeninas y el vigor de los cuerpos mojados de los niños.

Edificio Jerónimos. Salas A-D. Planta baja y primera.

Horario de visitas: De martes a domingo: 10.00 - 20.00 h.

Consultar en la página del Museo del Prado el horario de entrada gratuita.

J.M.T.

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