29 de noviembre de 2010

DIVINAS Y MORTALES, Museo Nacional Colegio de San Gregorio, 2 de diciembre 2010


Fiesta del Patrimonio Inmaterial
DIVINAS Y MORTALES

     El Museo celebra la incorporación del "Cant de la Sibil-la" mallorquín a la lista de Patrimonio Inmaterial de la Unesco, destacando la presencia de las Sibilas en sus colecciones mediante materiales de difusión que se repartirán en los días consecutivos.

     El pasado 16 de noviembre de 2010 la composición musical del Canto de la Sibila fue declarada por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

     Las sibilas eran mujeres que en la antigüedad griega habitaban oráculos, localizados en distintos lugares del ámbito mediterráneo, en los que vaticinaban el futuro, siendo reconocida y valorada su función como un bien público. La Iglesia paulatinamente relacionó aquella actividad con la de los profetas, difundiendo su existencia y dando a sus vaticinios un sentido apocalíptico con la intención de intimidar al pueblo con visiones que eran explicadas en tiempo de Navidad, siempre referidas a la segunda venida de Cristo y a la celebración del Juicio Final, un hecho que igualaría a todos los hombres siguiendo el mismo planteamiento que lo hacían las danzas de la muerte medievales.

     Los vaticinios de las sibilas se tradujeron del latín a las lenguas romances en el siglo XIII y por influjo de San Agustín su lectura era realizada en la noche de Navidad. Con el tiempo los textos dieron lugar a la composición de un drama litúrgico, acompañado de canto gregoriano, cuya representación se convertiría en una arraigada tradición en el territorio mallorquín, catalán y valenciano, en torno a los días navideños.
     El principal texto conservado es el Cantoral Mallorquín del siglo XV, que está escrito en catalán y se conserva en la catedral de Palma de Mallorca, aunque también se guardan restos en las catedrales de Vic, Gerona, Valencia, Toledo y Montpellier, algunos con versiones en latín y provenzal.
    
     La imagen de las sibilas más célebres tuvieron una enorme difusión en las artes plásticas del Renacimiento, sobre todo después de las formidables figuras que de ellas creara Miguel Ángel en la bóveda de la Capilla Sixtina. El Museo de San Gregorio conserva representaciones de estas mujeres, siendo las más conocidas las colocadas por Berruguete en el ático del retablo de San Benito.
     En la actualidad la representación de este auto musical, de tan larga tradición, ha sido recuperada en distintas localidades mediterráneas, entre ellas Onteniente, Gandía, Sueca, Jaraco, Algemesí y Barcelona. Asimismo, el viejo canto ha sido registrado en múltiples grabaciones musicales. 

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