27 de febrero de 2013

19 obras del Museo del Louvre en Alta Definición





Si te apetece, hoy puedes visitar el Museo del Louvre sin moverte de casa. Entre 19 obras maestras de todos los estilos y épocas seguro que encuentras algo que te interese. Y además te podrás acercar a ellas más que en el propio museo. Sólo tienes que seleccionar la obra, pulsar sobre ella y después hacer zoom con el signo + para ampliarla.

Un excelente servicio de este centro de arte.

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22 de febrero de 2013

Theatrum: CAMINO DEL CALVARIO, teatralidad barroca para la recreación del viacrucis








PASO PROCESIONAL DEL CAMINO DEL CALVARIO
Gregorio Fernández (Sarria, Lugo, 1576 - Valladolid, 1636)
1614
Madera policromada
Museo Nacional de Escultura, Valladolid
Escultura barroca española. Escuela castellana






     Siguiendo la senda emprendida ocho años antes por su amigo Francisco de Rincón en la Exaltación de la Cruz, una obra encargada por la Cofradía de la Sagrada Pasión, Gregorio Fernández había asentado el año 1612 un nuevo concepto de paso procesional que venía a arrinconar las antiguas escenas de imaginería ligera elaboradas años antes con la técnica del papelón. Enteramente en madera, debidamente ahuecada y con acabado policromado de fuerte naturalismo, Gregorio Fernández concibió el paso de la Crucifixión (hoy conocido como "Sed tengo"), elaborado a petición de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, como una escena que fusionaba piedad y teatralidad, aportando una serie de exitosos ingredientes que se convertirían en un lenguaje codificado en las representaciones pasionales destinadas a desfilar en Semana Santa.

     A partir de aquel momento una serie de elementos se revelarían como indispensables en la composición de los distintos episodios. Unos les podríamos considerar de tipo técnico, tales como su concepción para ser vistos desde distintos ángulos y así poder captar todos sus matices, el establecimiento de un juego de diagonales imaginarias que inducen al espectador hacia el foco emocional, generalmente la figura de Cristo, y una hábil disposición de las figuras sobre la plataforma para equilibrar el reparto del peso a hombros de los costaleros. Otros son de tipo estético y siempre basados en un naturalismo convincente, como el lenguaje gestual de las manos y los cruces de miradas, el juego diferenciador y maniqueo entre los personajes sagrados y la soldadesca, hasta llegar a constituir las figuras de los llamados "sayones" un verdadero subgénero procesional, así como estudiados contrapuntos en los roles de las figuras y la incorporación en las imágenes de abundantes postizos y elementos de atrezo que acentuaban el carácter narrativo de los pasajes evangélicos.

     Todos estos ingredientes son fácilmente apreciables en el paso del Camino del Calvario, encargado a "la gubia del Barroco" por la Cofradía de la Sagrada Pasión, según contrato firmado por ambas partes el 22 de noviembre de 1614 ante el notario vallisoletano Pedro González, con el fin de sustituir una composición anterior formada por cuatro figuras y enteramente elaborada en papelón en el siglo XVI.
      El Camino del Calvario está compuesto por cinco figuras cuyo tamaño supera ligeramente el natural y fusiona, a modo de instantánea, diversos pasajes del Viacrucis. Lo integran la figura central de Cristo, rodilla en tierra y con el hombro vencido por el peso de la cruz, la Verónica, que le ofrece su paño al paso de la comitiva, el Cirineo, aguantando con esfuerzo el peso del madero, y dos sayones, uno tirando de la soga que Cristo lleva amarrada al cuello y otro tocando una trompeta con función de heraldo. Así se presenta actualmente la composición en la Sala de Pasos del Museo Nacional de Escultura, manteniendo la recomposición realizada en 1922 por Juan Agapito y Revilla y Francisco de Cossío, aunque hay justificadas razones para pensar que el conjunto no mantiene su integridad compositiva.

     A pesar de todo, el paso conserva las cinco figuras de su composición original y una disposición muy aproximada, configurando una escena llena de movimiento que adquiere su verdadero sentido en su deambular callejero, momento en que cada personaje cumple a la perfección su cometido escénico y narrativo. Posiblemente lo más destacado sea el sugestivo juego de metáforas en la captación de los diferentes estados de ánimo ante el dolor, establecido a través de las figuras burlescas de los sayones y de la Verónica y el Cirineo, verdaderas obras maestras de la estética barroca y fruto de un extraordinario genio creativo.

     Como es habitual en Gregorio Fernández, queda establecido un sutil juego de contrapuntos, siendo el más significativo el diferente tratamiento entre las figuras que ayudan a Cristo y las que le ofenden, de modo que si la Verónica es un paradigma de delicadeza, aquí con un rostro lacrimoso y resignado y su cuerpo abalanzado para acoger al nazareno, el Cirineo, caracterizado como un labriego castellano, es todo energía y dignidad ante la crueldad, aprisionando con fuerza la cruz en un gesto de rabia e incomprensión, pero con el paso firme.

     Otro tanto puede decirse de los sayones, que comparten un aspecto de aire caricaturesco para presentarles como personajes despreciables, así como su atuendo anacrónico, ajustado a la moda del siglo XVII, y el sentido de marcha expresado con la colocación de sus piernas. Uno de ellos abre la comitiva ante el público, ufano de participar en el castigo, mientras el otro se ocupa de torturar a Cristo en su caída.

     En este momento es necesario hacer la salvedad de que ni la figura de Cristo es la original, ni los sayones cumplen su primitivo rol, uno de ellos incluso desplazado de la posición que ocupaba en principio, siendo este tema objeto de estudios relativamente recientes para determinar la recomposición original del paso, que permaneció invariable en la iglesia penitencial de la Pasión hasta que en 1828 fue trasladado, a excepción del Nazareno, primero a la Real Academia de Bellas Artes y en 1842 al Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid (germen del Museo Nacional de Escultura), donde se disgregó la composición y las figuras se expusieron por separado.

     Hoy sabemos que la imagen del Cristo que tallara Gregorio Fernández fue sustituida a finales del siglo XVII, por motivos desconocidos, tal vez por deterioro, por una imagen vestidera que Luis Luna Moreno identificó con el Nazareno1 que actualmente se conserva en la iglesia del Carmen de Extramuros, tallado de pie como el original, desnudo y con una anatomía un tanto tosca por estar concebido como imagen de vestir2, en opinión de Jesús Urrea obra de Juan de Ávila o Juan Antonio de la Peña (me inclino más por este último por las similitudes con el Cristo de la Agonía que se conserva en la iglesia penitencial de Jesús Nazareno). Para mantener el montaje del paso, se recurrió a otra imagen del Nazareno procedente del convento de San Agustín, primitiva sede de la Cofradía de Jesús Nazareno, de la que Luis Luna Moreno atribuye la cabeza y las manos a Pedro de la Cuadra, que primero fueron montadas sobre un maniquí vestidero y después sobre un cuerpo con túnica tallado en 1697, el que presenta en la actualidad.

     Del mismo modo, la disposición original de los sayones ha sido apuntada por Luis Vasallo Toranzo en diversos estudios que aclaran las confusiones originadas por las interpretaciones del conde de La Viñaza sobre los escritos de Ceán Bermúdez3, que anotaba en su apuntes estar compuesto el paso por "Jesús Nazareno con la cruz a cuestas, Simón Cirineo ayudándole a llevarla, un sayón tirando de la soga, un hombre armado y la Verónica", tal como después apuntaba Martí y Monsó al interpretar las instrucciones de 1661.

     Actualmente podemos afirmar que los elementos alterados de la composición original son básicamente tres: la figura central de Cristo, cuyo original se da por perdido; la posición del sayón que actualmente porta una espada y toca la trompeta, en origen sujetando una alabarda que clavaba en el lado derecho del costado de Cristo y colocado algo retrasado a su derecha; la posición y actitud del sayón que tira de la soga, hoy colocado en el centro, pero originariamente a la izquierda y por delante de Cristo, hacia el que vuelve ligeramente la cabeza, portando al tiempo la trompeta en su mano. Esta composición apuntada por Vasallo, basada en las descripciones documentales, justificaría además un correcto reparto de pesos, con Cristo en el centro y dos figuras a cada lado de la plataforma, como sigue de cerca la copia que se hiciera del paso vallisoletano para Palencia en 1694.
     Actualmente el paso desfila en Semana Santa alumbrado por la Cofradía del Santo Cristo del Despojo, fundada el 23 de diciembre de 1943 en el seno de la Juventud Obrera Católica y con sede canónica en la iglesia parroquial de San Andrés.

La Verónica
     Representa a la hipotética vendedora de paños ciega que enjugó el rostro de Jesús en su camino hacia el Gólgota, dejando milagrosamente sus rasgos impregnados en el paño al tiempo que recuperaba la vista. Es una imagen concebida con gran movimiento y tratada de forma exquisita. Viste una camisa blanca, apenas perceptible en los puños, una túnica azul ceñida a la cintura, un ampuloso manto que le cae desde el hombro derecho y se sujeta mediante un cordón, con el envés decorado con grandes motivos vegetales azules y rojos sobre fondo ocre y el revés en rojo liso y un juego de dos tocas blancas en la cabeza, la exterior listada en marrón y un ribete mostaza y la interior totalmente blanca, ambas formando minuciosos pliegues, muy característicos de Fernández, de modelado muy blando y en la misma línea que algunas de sus vírgenes.

     Muestra un ademán de caminar con la cabeza inclinada hacia Jesús, lo que provoca el movimiento ondulado del manto, sujetando el  paño con el que le limpia el sudor y la sangre, un paño de lienzo real que lleva milagrosamente estampada la imagen del Nazareno, mientras su rostro muestra un suspiro doloroso sugerido por su boca entreabierta y los ojos entornados en alusión a su ceguera.
Sayón de la trompeta, según su disposición original
     La Verónica es una de las mejores creaciones de Gregorio Fernández, nunca imitada, en la que los habituales pliegues, duros y de aspecto metálico, adquieren una gran blandura y proporcionan un gran dinamismo a la figura. En los últimos años la Cofradía del Santo Cristo del Despojo incorpora el paño del "vero icono" con lienzos pintados por prestigiosos pintores locales.   


Simón Cirineo
     La imagen de Simón de Cirene, a pesar de estar condicionada en la composición para aguantar con esfuerzo el peso de la cruz, es dinámica y rotunda, con ciertos resabios miguelangelescos. Viste una ancha túnica corta de color marrón que deja asomar unas mangas verdes y se remata con una muceta blanca ribeteada, completándose con altas botas de cuero y la cabeza cubierta por un verdugo. Su aspecto de labriego castellano sigue de cerca la figura de un pastor que toca la gaita en el relieve del Nacimiento del monasterio de las Huelgas Reales, realizado por Gregorio Fernández ese mismo año de 1614.

     Los matices emocionales se concentran en el trabajo de la cabeza y la disposición de las manos. El rostro, enmarcado por la capucha, presenta ojos rasgados, el ceño fruncido, los labios apretados y una barba muy poblada, dotado de terribilitá miguelangelesca y con el aspecto de un Zeus clásico un tanto enojado. Las manos aparecen colocadas en posición contrapuesta y con los dedos muy separados insinuando el esfuerzo, tratando sin embargo el madero de la cruz de forma delicada y reverencial, con paños entre las manos siguiendo un recurso muy utilizado por Juan de Juni.   

Sayón de la soga
     El escultor fusiona el tratamiento naturalista de la figura, de vigorosa anatomía, con un aspecto degenerado, efecto remarcado por las calzas y las botas caídas y el estrabismo de sus ojos. Presenta actitud de caminar abriendo el cortejo, con el brazo derecho cruzado por delante del pecho, en cuya mano originariamente sujetaba una trompeta y el izquierdo tirando de la soga que sujeta por el cuello a Cristo, hacia el que vuelve la cabeza.

     Uno de los trabajos más originales radica en su original indumentaria, tan reconocible en el momento en que el paso desfiló por primera vez. Viste un jubón rojo con aberturas en las axilas que dejan asomar una saya blanca, unas calzas azules sin ajustar que caen en la marcha, botas de cuero muy gastadas y un original gorro con dos filas de cintas y un acabado cónico, todo ello proporcionando un aspecto desaliñado y altanero que se refuerza con los cabellos descuidados, largas patillas, gran bigote y barba de dos puntas, pero sobre todo con la tara de sus ojos, recurso para mostrar un ser irresponsable que era vilipendiado al paso de las procesiones por la calle.

     Posiblemente por el deseo de contextualizar las escenas de la Pasión en la sociedad de su tiempo, estos originales sayones de Gregorio Fernández recuerdan más a los soldados enrolados en los Tercios de Flandes, especialmente a los arcabuceros, que a los soldados romanos.   

Sayón de la trompeta
     Es un dinámico soldado de gesto adusto y actitud de caminar que sujeta con su brazo izquierdo una espada envainada y con el brazo derecho levantado una trompeta que, como ya se ha dicho, sustituye a una primitiva lanza que se apoyaba en un costado de Cristo, por lo que originariamente no caminaba delante, como aparece actualmente, sino detrás de Jesús y colocado a su derecha.

     En estos sayones Gregorio Fernández establece unos prototipos que serían muy copiados por otros escultores, resumiendo esta figura el anacrónico tipo de indumentaria concebido para el pasaje evangélico, pues todas las prendas responden a la moda en vigor en el momento en que se hace el paso. Viste un jubón rojo, un coleto ocre colocado por encima, calzas azul-verdosas con senojiles (ligas) rojas, botas altas de cuero con vuelta y un caprichoso gorro cónico con ala ancha vertical en rojo. Tanto el jubón como el coleto y las calzas se adornan con los acuchillados tan de moda en la época, tanto en la moda masculina como en la femenina.

Detalle de Jesús Nazareno, iglesia del Carmen Extramuros, Valladolid
     De nuevo el rostro persigue lo grotesco, con una nariz afilada y hundida, bigote y perilla ensortijados y mirada desabrida para provocar el rechazo de los espectadores y enfatizar el sentido teatral de la composición.

Cristo
     Como ya se ha  dicho, no es una escultura original de Gregorio Fernández y ofrece una calidad sensiblemente inferior al resto de las figuras, aunque cumple con dignidad su cometido representando una de las caídas camino del Calvario. La cabeza y las manos, atribuidas a Pedro de la Cuadra, están montadas sobre un cuerpo tallado en 1697 con forma de túnica con numerosos pliegues y tono violáceo. La cabeza sigue un modelo generalizado en la escuela castellana, con barba de dos puntas, cabellos filamentosos y la corona de espinas como postizo.


     En todo el conjunto destaca la concepción naturalista de las anatomías, la angulosidad de los paños, el gusto de la época decantado hacia la utilización de colores lisos en la policromía, la capacidad de invención de prototipos por el escultor y el carácter escenográfico de la composición, que adquiere su verdadero valor cuando desfila por la calle al son de los tambores.

El paso Camino del Calvario el Lunes Santo en Valladolid

Informe y fotografías: J. M. Travieso.


NOTAS
1 LUNA MORENO, Luis. Gregorio Fernández y la Semana Santa de Valladolid. Catálogo exposición con motivo del 310 aniversario de la muerte del escultor, Ministerio de Cultura y Junta de Semana Santa de Valladolid, Valladolid, 1986, pp. 51-53.
El 9 de febrero de 2013 la Cofradía de la Sagrada Pasión anunció la recuperación de esta talla, que sigue la misma disposición del original, para ser restaurada e incorporada a sus desfiles.
3 VASALLO TORANZO, Luis. El paso Camino del Calvario de Gregorio Fernández. Boletín del Museo Nacional de Escultura 11, Valladolid, 2007, pp.17-22.


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20 de febrero de 2013

VIAJE: LUGO Y MONASTERIOS GALLEGOS, del 20 AL 23 de abril 2013


PROGRAMA

Sábado 20 de abril
Salida a las 7,00 horas desde la Plaza de Colón con dirección a Ponferrada. Desde la capital del Bierzo subida en autobús especial (máx. 22 plazas) a Peñalba de Santiago para visitar la iglesia joya del mozárabe. Regreso a Ponferrada y salida hacia las Médulas, antigua explotación de oro de los romanos. Al finalizar las visitas en el Bierzo traslado a Lugo. Cena y alojamiento en el Gran Hotel de Lugo (4*).

Domingo 21 de abril
Visitas por Lugo con guía local. Almuerzo en el hotel. Al finalizar salida con  dirección a Mondoñedo y visita a su rico patrimonio. A últimas horas de la tarde recorrido por Ribadeo. Alrededor de las 20 horas salida hacia Lugo. Cena y alojamiento.

Lunes 22 de abril
Salida para visitar la localidad de Sarria y el monasterio de San Julián de Samos. Traslado y visita a la ciudad de Monforte de Lemos. Regreso a Lugo.

Martes 23 de abril
Salida a primera hora de la mañana dirección Orense y visita a la ciudad. A continuación recorrido por la iglesia visigoda de Bande (s. VII) y la iglesia mozárabe de Celanova (s. X). Al finalizar las visitas salida hacia Valladolid, donde está previsto llegar alrededor de las 10 de la noche.            


PRECIO SOCIO: 260 € (en habitación doble).
PRECIO NO SOCIO: 265 € (en habitación doble).
PRECIO SOCIO: 350 € (en habitación individual).
PRECIO NO SOCIO: 355 € (en habitación individual).


INCLUYE:
Viaje en Autocar.
Autocar especial para subir a Santiago de Peñalba y al mirador de Orellán en las Médulas.
Dossier.
Régimen de media pensión los días 20 y 22 y pensión completa el día 21. Desayuno día 23. 
Seguro de Viaje.
Sesiones de spa en el hotel en función de disponibilidad de horas.
Visitas guiadas por Lugo y Orense. 
Alojamiento en Gran Hotel de Lugo (4*).

NO INCLUYE:
Todo lo no especificado en el apartado anterior de esta hoja informativa.

REQUISITOS: Grupo mínimo 30 y máximo 40 personas.

INFORMACIÓN Y RESERVA DE PLAZAS: Por correo en la dirección domuspucelae@gmail.com o llamando al teléfono 608 419228 de 18 a 20,30 h. a partir del día 21 de febrero 2013.

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VIAJE: TIERRAS PALENTINAS, 10 de marzo 2013


PROGRAMA

Salida  a  las  9 horas desde la Plaza de Colón con dirección  a Ampudia. Visita guiada a la villa visitando el castillo, colegiata, etc. Al finalizar, salida hacia Brañosera y comida en el restaurante El Cholo degustando algunas especialidades, como los famosos "gruños". Al finalizar el almuerzo y si el día lo permite, descenso a pie por la senda desde Brañosera a Barruelo. Traslado y visita a Aguilar de Campoo. Regreso a Valladolid con llegada prevista alrededor de las 21 h. 

PRECIO SOCIO: 45 €.
PRECIO NO SOCIO: 50 €.

INCLUYE:
Viaje en Autocar.
Entradas.
Dossier.
Seguro de Viaje.
Comida en el restaurante Casa Cholo.
Menú: Entrantes para picar. Alubias con almejas. Cocido montañés. Costillas de  
ternera. Carne guisada. Postres caseros, café, chupito, vino y agua. 

REQUISITOS: Grupo mínimo 30 y máximo 45 personas.

NOTA: Se aconseja llevar calzado adecuado para la marcha, que es muy suave.

INFORMACIÓN Y RESERVA DE PLAZAS: Por correo en la dirección domuspucelae@gmail.com o llamando al teléfono 608 419228 de 18 a 20,30 h. a partir del día 21 de febrero 2013.

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18 de febrero de 2013

Proyección del audiovisual: "INFANTADO DE CASTILLA", 20 y 26 de febrero 2013



Realización: José Luis Juárez y Pío Moratinos
Salón de Actos del Centro Cívico José Mosquera
Calle Pío del Río Hortega (Huerta del Rey), Valladolid.

Miércoles 20 de febrero, 19,30 horas
“INFANTADO DE CASTILLA”-1ª parte
Arlanza, Lerma, Covarrubias y Monasterio de San Pedro de Arlanza

A través del recorrido del río Arlanza podremos contemplar, a su paso, la grandeza del imperio castellano, donde personajes como Fernán González, Duque de Lerma, Cristina de Noruega, Felipe II, el cura Merino, Juan Padilla, … y un largo sin fin de nobles e ilustres de la época, nos permitirá conocer los momentos históricos y entrañables del momento vivido.
Con toda la majestuosidad y a la vez con el compendio de la desidia y el olvido visitaremos y nos detendremos en el recinto del Monasterio de San Pedro de Arlanza descubriendo su entramado arquitectónico y la variedad de formas en capiteles, claustros, gárgolas, arquivoltas, arcos y todo un completo recital del trabajo de canteros artesanos que supieron engrandecer este recinto y el entorno monacal.


Martes 26 de febrero, 19,30 horas
“INFANTADO DE CASTILLA”-2ª parte
Santa María de las Viñas y Monasterio de Silos

Primer núcleo que fundara Fernán González y desde donde nació el primer camino y principal senda para la fundación de una Castilla en ciernes.
 
Muros que en el silencio de los tiempos,
testigos fuisteis de luces y de glorias,
hoy, hacéis que, como soles deslumbrantes,
se iluminen las piedras y las sombras.

El esplendor de estas galerías, los arcos, capiteles, fustes y el compromiso a la meditación y al recogimiento, hará que tus sentimientos y tu interior   pleno de admiración, se desborde en gozo. No te decidirás a hablar por miedo de que las piedras pierdan el silencio a que están acostumbradas. Tu silencio, ese silencio que se oye y se siente, será una contribución al trabajo de cuantos allí lo ejercieron consiguiendo tan magna obra.

Entrada gratuita.

Los autores gestionan la web: elrincondelaimagen.es

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15 de febrero de 2013

Historias de Valladolid: AURELIO CARRETERO, creador de ilustres iconos vallisoletanos (II)





MONUMENTO A LA REINA ISABEL LA CATÓLICA, 1904
Centro Cultural Integrado Isabel la Católica de Medina del Campo (Valladolid)

Es conocida la vinculación histórica de Isabel la Católica con Medina del Campo, pues en esta villa castellana la reina vivió parte de su vida, en su Palacio Real realizó su testamento y en él murió el 26 de noviembre de 1504. Para celebrar el Cuarto Centenario de la muerte de tan ilustre personaje de la Historia de España, en 1904 el Consistorio medinense inauguraba un monumento conmemorativo en plena Plaza Mayor (hoy Plaza de la Hispanidad), a escasos metros del palacio en que ocurrió el óbito real, que había sido encargado a Aurelio Carretero.

El monumento adopta la forma de un busto fundido en bronce sobre una peana de piedra, de tamaño considerablemente superior al natural, que reproduce la imagen de la reina coronada, recubierta por una toca y con un  manto que presenta una cruz entrelazada con una rama de laurel al frente, con un trabajo de modelado característico del escultor y con un aspecto que fusiona el carácter historicista con la épica.
El busto se apoya sobre un pedestal de piedra que lleva incorporado un relieve en bronce del escudo nacional isabelino, sujetado por el águila de San Juan. Este pedestal reposa a su vez sobre un basamento de mayor anchura en el que aparece la inscripción broncínea: "Medina del Campo a Isabel la Católica".

El monumento permaneció durante muchos años casi en el centro de la Plaza Mayor rodeado de jardines. Después cambió repetidamente de asentamiento debido a modificaciones urbanísticas, primero colocado junto a la fachada de la colegiata de San Antolín y después junto a la cabecera de este templo. Durante la celebración del Quinto Centenario de la Muerte de Isabel la Católica en 2004, era inaugurado en la Plaza de la Hispanidad un nuevo monumento cuya autoría corresponde al escultor Santiago de Santiago, pasando la obra de Aurelio Carretero a presidir la fachada del llamado Centro Cultural Integrado Isabel la Católica, creado para la misma efeméride en el espacio que desde principios del siglo XVII perteneciera al convento de franciscanos de San José.






BUSTO DEL ALCALDE MIGUEL ÍSCAR, 1907
Memorial en los jardines del Campo Grande, Valladolid

Miguel Íscar Juárez, natural de Matapozuelos, fue alcalde de Valladolid entre febrero de 1877 y noviembre de 1880, realizando en tan recordado periodo una serie de obras públicas y dotacionales que por su envergadura fueron decisivas para el posterior desarrollo de la ciudad. Entre sus iniciativas figura la creación, en 1877, del enorme parque del Campo Grande, cuyo ajardinamiento encomendó a Francisco Sabadell que, siguiendo las líneas maestras del arquitecto Ramón Oliva, reconvirtió las hileras de olmos plantadas en 1788 por el arquitecto Francisco Valzanía en un frondoso vergel de aire romántico y naturalista con laberínticos caminos, plazas y glorietas salpicadas de fuentes, memoriales y pajareras de aves exóticas, incluyendo un arbolado de especies llegadas de otros continentes y tiempo después un estanque y una gruta artificiales.

Tras su muerte repentina el 8 de noviembre de 1880, cuando se hallaba gestionando unos asuntos vallisoletanos en Madrid, hecho que causó una gran conmoción, enseguida surgió la iniciativa de levantar una escuela con su nombre por suscripción popular, pero al no conseguirse la suma necesaria se pensó en levantar un monumento como homenaje póstumo, proyecto que se materializó el 11 de noviembre de 1883 en la célebre Fuente de la Fama, en pleno corazón del frondoso parque, un monumento con arquitectura de Antonio de Iturralde y escultura de Mariano Chicote Recio.

No obstante, la deuda de la ciudad con tan eficaz alcalde debió de parecer insuficiente, pues además de rotular con su nombre una de las vías más céntricas de la ciudad, en 1907, coincidiendo con los primeros treinta años de la existencia del parque, se encargó a Aurelio Carretero un busto con su retrato, un elemento que no figuraba en la Fuente de la Fama.

En su diseño sigue una disposición similar al monumento a Isabel la Católica realizado tres años antes, con el busto broncíneo del edil sobre una peana de piedra que descansa sobre un basamento troncopiramidal en cuyo frente figura una cartela con la sencilla inscripción: "Valladolid a Miguel Íscar". El célebre alcalde luce una camisa con pajarita y un gabán que presenta al frente la medalla de la ciudad de Valladolid y la flor de un enorme pensamiento simbólico, ajustándose sus facciones a un riguroso trabajo de retrato en el que destacan grandes patillas y un gran mostacho, según el gusto de la época. El monumento, con forma de memorial ajardinado, fue colocado en uno de los recoletos senderos que están próximos a la fuente alegórica.   





MONUMENTO A LOS HÉROES DE MOCLÍN, 1908
Parque de Medina de Rioseco (Valladolid), junto a la iglesia de San Francisco

El monumento fue inaugurado con motivo de la celebración del Primer Centenario de la Batalla del Moclín, la primera de las libradas contra las tropas francesas de ocupación en un cerro situado en las inmediaciones de Medina de Rioseco, donde los sublevados castellanos fueron derrotados por las tropas de Napoleón, que gracias a esta victoria pudo colocar a su hermano José como rey de España. El propio Napoléon escribía el 17 de julio de 1808 en Bayona esta carta: "Mi hermano: Recibo en este instante vuestra carta que me anuncia la victoria de Medina de Rioseco. Es una victoria muy gloriosa. Testimoniad vuestra satisfacción al general Bessières enviándole el Toisón de Oro. Es el acontecimiento más importante de la guerra de España y cambia decididamente el color de las cosas...". La importancia de esta batalla aparece reflejada con grandes letras en el Arco del Triunfo de París, donde junto a otras poblaciones distinguidas por su resistencia al invasor figura Medina de Rioseco.

El monumento que Aurelio Carretero hace para su villa natal es novedoso en distintos aspectos. En primer lugar, porque está concebido para ser contemplado a corta distancia a ras de suelo, con lo que el escultor se anticipa a la corriente generalizada a finales del siglo XX que presenta los monumentos escultóricos prescindiendo de los tradicionales pedestales, hecho que algunos han interpretado como un afán por “democratizar” del arte, como un deseo de hacerle más cercano a los espectadores, en este caso identificándole con el pueblo que participó en la contienda; por otra parte, en este monumento Aurelio Carretero ajusta las figuras fundidas en bronce a un soporte pétreo informe que presenta la piedra en su estado natural, aparentemente sin trabajar, experiencia que repetirá en Móstoles, recurso que sin duda condicionaba el trabajo compositivo de las figuraciones.

Está compuesto por dos figuras, un soldado desarmado cuyo cuerpo ha caído sobre una peña herido de muerte, que apoya una mano en el corazón y gira la cabeza, con un rostro lánguido, hacia una alegoría de la Victoria o la Gloria que le besa la frente al tiempo que le corona de laurel y extiende su manto para que repose la cabeza. Esta figura femenina adapta su cuerpo al peñasco y sigue el modelo femenino habitual en el escultor, que en este caso consigue un grupo muy lírico y expresivo, impregnado de espíritu patriótico y pleno de movimiento.

En 1991 se añadió, en la parte superior del conjunto, un frente presidido por una escultura pétrea que sigue el diseño original que Carretero no pudo concluir, en el que ha desaparecido un sable auténtico que allí aparecía hasta hace pocos años. La obra fue realizada por el también escultor riosecano Miguel Ángel Jiménez y presenta una lápida en la que figura: "Monumento a los Héroes de la Batalla del Moclín. En el Arco del Triunfo de París figura como de Medina de Rioseco 14 de julio de 1909. Guerra de la Independencia. Inauguraciones I Centenario 1908, actual 1991. Escultores bronce Aurelio Carretero 1863-1917, piedra Miguel Ángel Jiménez (ambos riosecanos)."La Batalla de Medina de Rioseco ha puesto a mi hermano José en el trono de Madrid" (Napoleón). "Por su sencillez clásica, su ejecución irreprochable y el espíritu patriótico que le anima" (Ilustración Española 1908)".

MONUMENTO A ANDRÉS TORREJÓN, ALCALDE DE MÓSTOLES, 1908
Plaza del Pradillo, Móstoles (Madrid)

El monumento, situado en una céntrica plaza y también erigido para celebrar el Primer Centenario de la Guerra de la Independencia, fue inaugurado por el rey Alfonso XIII y está dedicado a Andrés Torrejón, el legendario alcalde de Móstoles que declaró la guerra a los franceses el 2 de mayo de 1808.

Sobre una doble plataforma de granito, Aurelio Carretero coloca un peñón natural extraído en la provincia de Segovia que simboliza los Pirineos, cuya cúspide aparece coronada por un águila imperial de bronce que representa el poder napoleónico sobrevolando y amenazando al escudo de España, que intencionadamente aparece sin corona. Más abajo se halla la figura del célebre alcalde portando el bastón de mando en actitud de arengar a los vecinos. A su lado aparece un postillón, jinete a galope que, según la tradición, hizo recorrer el bando de levantamiento firmado por Andrés Torrejón de pueblo en pueblo por los alrededores de Madrid en dirección a Extremadura. Su valor hizo que Móstoles quedase escrito en la Historia, tal como figura sobre el peñasco con letras de bronce. En este monumento todo es simbólico, poniendo de manifiesto el afán del escultor por combinar figuraciones fundidas en bronce que aparecen ajustadas con maestría a una base de piedra natural, como ya experimentara en Medina de Rioseco.

El conjunto ha sido reubicado en la plaza después de la construcción de la moderna terminal de Metrosur, apareciendo actualmente rodeado de un pequeño jardín acotado por un reja protectora, elemento que junto al vanguardista mobiliario urbano del entorno desvirtúa en gran parte su contemplación.     

MONUMENTO AL POETA RAMÓN DE CAMPOAMOR, 1913 
Parque Ramón de Campoamor, Navia (Asturias)

Este grandilocuente monumento fue encargado por el municipio asturiano en 1912 e inaugurado el 19 de agosto de 1913, doce años después de la muerte del poeta romántico, para ser colocado en el centro del parque también a él dedicado a orillas del río Navia.

Este conjunto representa la madurez del escultor, que en él combina todas las experiencias anteriores. Está formado por un pesado pedestal de piedra de planta cuadrada y forma troncopiramidal, en cuyos frentes se acoplan grandes relieves en bronce con escenas de las obras más conocidas del poeta naviego: Doloras, Pequeños poemas, Humoradas y Poemas, títulos rotulados en bronce bajo los relieves. En la parte superior, sobre una base que finge piedra natural, aparece la monumental figura del escritor pensativo y sentado en un banco, en un rapto de inspiración, con la mirada al frente y portando un libro y una pluma en sus manos. Bajo sus pies figura un medallón con una corona de laurel y la leyenda "Asturias a Campoamor, 1913". En su parte posterior una leyenda reza: "La patria nunca olvida a quien la enaltece", pues la monumentalidad perseguida por el municipio para este conjunto también estuvo avalada por el prestigio alcanzado por el escritor en sus funciones políticas.

OTRAS OBRAS DE AURELIO CARRETERO EN VALLADOLID
















FRATERNIDAD, 1884 
Colección de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, Valladolid.




















BUSTO DEL COMUNERO JUAN BRAVO, 1886
Colección de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, Valladolid.

















MEDALLA DE GASPAR NÚÑEZ DE ARCE, 1896
Realizada en vida del poeta, periodista y político vallisoletano (1834-1903). Colección de la Real Academia de la Purísima Concepción, Valladolid.

















LÁPIDA HOMENAJE AL POETA EMILIO FERRARI, 1911
Colocada como homenaje al poeta el 25 de septiembre de 1911 en la fachada de su casa natal,  en la calle Ferrari de Valladolid.


Informe: J. M. Travieso.

Este artículo fue publicado completo en la Revista Atticus, en su edición impresa Dos, en junio 2011.

Bibliografía
- CABAL VIESCAS, Arturo José. Arte por concejos. Obra Social y Cultural de Cajastur. Asturias, 2001.
- CANO DE GARDOQUI GARCÍA, José Luis. Escultura pública en la ciudad de Valladolid. Valladolid, 2000.

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14 de febrero de 2013

VIAJE: ECUADOR Y PERÚ, del 25 de mayo al 9 de junio 2013


PROGRAMA

Sábado 25 de mayo
Salida a las 7,00  desde la Plaza de Colón con dirección al aeropuerto de Barajas. Embarque en vuelo IB6463 con dirección a Quito. Traslado a la ciudad de Otavalo. Cena y alojamiento.

Domingo 26 de mayo
Visita a Otovalo, Ecuador . Traslado a Quito y visita con guía local.
(Pensión completa).

Lunes 27 de mayo
Salida hacia Pasochoa  y visita al volcán.  Traslado a Baños visitando la Ruta de las cascadas de agua. Alojamiento en Patate.
(Pensión completa).

Martes 28 de mayo
Salida hacia el volcán del Chimborazo y visita a la reserva faunística. Traslado a Ingapirca para visitar el yacimiento de cañaris e incas. Llegada a última hora a Cuenca. (Pensión completa).

Miércoles 29 de mayo
Visita a la ciudad de Cuenca. Salida hacia Guayaquil y visita a la ciudad.
(Pensión completa).

Jueves 30 de mayo
Salida de Guayaquil con dirección a Montecristi (ciudad de los sombreros). Traslado a P. López.  
(Pensión completa).

Viernes 31 de mayo
Traslado en barco a la reserva de Machallilla (Isla Plata). Al finalizar la visita traslado a Guayaquil.  (comida de Pic-nic y cena en el hotel).

Sábado 1 de junio
Salida hacia Perú, con llegada a Tumbes. Cambio de bus y guía. Llegada a Piura.
(Pensión completa).

Domingo 2 de junio
Salida hacia Chiclayo. Durante el viaje se visitarán pueblos de pescadores.
(Pensión completa).

Lunes 3 de junio
Visita a las culturas de Sipán y Túcume (Museos, pirámides, etc).
(Pensión completa).

Martes 4 de junio
Salida hacia Cajamarca . Antes de la llegada se visitarán las Ventanillas de Otuzuco. (Pensión completa).

Miércoles 5 de junio
Por la mañana visita de la ciudad de Cajamarca y tarde libre
(Pensión completa).

Jueves 6 de junio
Salida hacia Trujillo, visitando en ruta el complejo arqueológico del Brujo-La dama de Cao. Antes de llegar  se visitará el pueblo de Pacasmayo. Llegada a Trujillo.
(Pensión completa).

Viernes 7 de junio
Visita a la histórica ciudad de Trujillo. A últimas horas traslado a Lima.
(Pensión completa).

Sábado 8 de junio
Visita guiada a la ciudad de Lima - Almuerzo. Traslado al aeropuerto y noche en ruta.

Domingo 9 de junio
Llegada a  Madrid y traslado en  bus hasta Valladolid, con llegada por la tarde.

PRECIO SOCIO: 3.450 € Habitación doble.
PRECIO NO SOCIO: 3.500 € Habitación doble.
PRECIO SOCIO: 4.070 € Habitación individual.
PRECIO NO SOCIO: 4.120 € Habitación individual.

INCLUYE:
Viaje en bus Valladolid-Madrid-Valladolid.
Pensión completa durante todo el recorrido, excepto primer y último día (sin bebidas).
Entradas y visitas guiadas a los lugares señalados en Quito, Cuenca, Guayaquil, Chiclayo, Cajamarca, Trujillo y Lima.
Entradas a los monumentos más importantes.
Avión Madrid-Quito-Trujillo-Lima-Madrid.
Dossier Domus Pucelae.



NO INCLUYE:
Todo lo que no está detallado en el apartado anterior.
Tasas de aeropuerto: 540 €.


NOTAS:
Extensión  opcional a Machu Pichu: del 9 al 14 de junio / Precio en doble: 1150 €.
Se recomienda hacer un seguro que contemple amplias garantías (anulación, enfermedad, robo, etc). Importe del seguro por persona: 60 €.


INFORMACIÓN Y RESERVA DE PLAZAS: Por correo en la dirección domuspucelae@gmail.com o llamando al teléfono 608 419228  a partir del 15 de febrero.
Para la reserva se deberá hacer entrega de 500 € en Carlson Wagonlit, calle Puente Colgante, 42,  Telf. 983 130229.

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