1 de marzo de 2013

Fastiginia: Motivos de corrupción en 1830, según una Real Orden difundida por la Real Chancillería de Valladolid.


Estampas y recuerdos de Valladolid

Corría el año 1830 cuando Fernando VII, que pasaría a la historia con el merecido y poco cariñoso apelativo de "El Rey Felón", ocupaba por segunda vez el trono de España, después de la conflictiva usurpación monárquica de José I Bonaparte. Ese tiempo incierto, transcurrido entre 1823 y 1830, después sería denominado por los historiadores como la "Década Ominosa", un periodo de feroz represión del liberalismo en el que se produjo el cierre de periódicos y universidades y la prohibición de las sociedades secretas.

 El 31 de marzo de aquel año se promulgaba la Pragmática Sanción, que establecía el derecho a ser ocupada la corona por una hija del rey, en caso de no existir descendiente varón (poco después aplicada con su hija heredera Isabel II). En ese contexto histórico, concretamente en el mes de julio de aquel 1830, el rey decretaba una Real Orden que fue difundida por la Real Chancillería de Valladolid y que conocemos a través de una circular destinada al Corregimiento de Carrión de los Condes.

No es un documento histórico esencial, pero sí ilustrativo de hasta dónde se extendían los límites del absolutismo gubernativo, pues en el mismo Fernando VII prohíbe el comercio de telas estampadas, de abanicos y pinturas, considerando que eran causa de corrupción moral entre los consumidores. Ello explica el sombrío panorama en el atuendo de las mujeres españolas de aquellos años, completamente opuesto a la viveza de París o Amberes, siendo de uso generalizado los vestidos de sedas negras y la mantilla como adorno, algo que cambiaría radicalmente pocos años después.

Detalle del retrato de Fernando VII realizado por Goya en 1814.
Museo Provincial de Bellas Artes de Santander.
Transcripción literal del curioso documento moralista difundido desde Valladolid:   

CORREGIMIENTO DE CARRIÓN
CIRCULAR

El Señor Regente del Real Acuerdo de la Real Chancillería de Valladolid, me ha comunicado la circular que sigue:
El Señor Juez Subdelegado de Imprentas y Librerías del Reino me dice lo siguiente.= Juzgado de Imprentas y Librerías del Reino.= El Ilmo. Señor Decano del Consejo Real con fecha 15 del corriente me dice lo que sigue.= "Por Real orden que con fecha 13 del corriente me comunica el Señor Secretario del Despacho de Gracia y Justicia, se ha servido S.M. mandar entre otras cosas, que tanto en las fronteras como en lo interior se detengan los géneros estampados, abanicos y pinturas en que la malicia, fecunda en recursos infernales, ha querido consignar cuantos objetos son capaces de avivar las pasiones y difundir la corrupción a pretesto de lisongear el gusto de la moda y el capricho de los consumidores. Lo comunico a V.S. para su inteligencia, y a fin de que se sirva tomar por su parte, y con la brevedad posible, las disposiciones oportunas á que tenga pronto y exacto cumplimiento lo que S.M. se ha dignado mandar".= Y lo traslado a V.S. para su inteligencia y puntual cumplimiento.= Dios guarde a V.S. muchos años, Madrid 21 de Julio de 1830.= José Hevia y Noriega.= Señor Regente de la Real Chancillería de Valladolid.= Lo traslado á V. para su puntual cumplimiento y rigurosa observancia de lo que S.M. se sirve mandar, procurando por cuantos medios sean posibles la detención de los géneros estampados, abanicos y pinturas designados en la Real orden inserta, como perjudiciales á la moralidad y buenas costumbres, dándome parte de cualquiera detención ó aprension que ocurra, y de quedar en cumplir con lo que se sirve ordenar S.M., bajo toda responsabilidad. Dios guarde á V. muchos años. Valladolid 24 de Julio de 1830.= Juan Nepomuceno Vela.= Sr. Corregidor de Carrion.
Cumplimiento. Guárdese, cúmplase, y circúlese la anterior Real órden á las Justicias del partido para el fin que se manda. Carrion 6 de Octubre de 1830.

Gil de Sanjuan Benito
                                                                                     Ante mí,
                                                                              Carlos Vazquez.
 
Curioso que se considerasen los abanicos motivo de corrupción moral, ¿no? Hoy sabemos que la alarmante corrupción persiste, pero por otros derroteros.

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