2 de diciembre de 2016

Fastiginia: Los inicios de la radio en Valladolid (1924-1936)


Estampas y recuerdos de Valladolid

La radio, como medio de comunicación de masas, tuvo sus orígenes en las últimas décadas del siglo XIX, cuando científicos como James Maxwell y Rudolf Hertz experimentaron las posibilidades de las ondas electromagnéticas, permitiendo que poco tiempo después otros colegas, como Guillermo Marconi, Nikola Tesla y Aleksandr Stepánovic Popov, consiguieran enviar los impulsos y señales eléctricas, lo que dio lugar al nacimiento de unas rudimentarias retransmisiones radiofónicas.

Enseguida aquellas demostraciones fueron objeto de atención de países como Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, que vieron en ellas un potencial aplicable con fines militares, por lo que las emisiones de radio comenzaron a ser perfeccionadas y utilizadas durante la Primera Guerra Mundial. Acabado el conflicto, algunos empresarios fijarían su atención en la fabricación de rudimentarios aparatos de retransmisión y sus posibles usos, estableciéndose muy pronto emisoras en Nueva York y París en las que se produjeron las primeras emisiones radiofónicas, lo que estimuló el perfeccionamiento de los medios de emisión, de grabación —especialmente de los micrófonos— y los receptores, que enseguida alcanzaron un gran nivel de ventas.

Estudio de radio años 30
El proceso de implantación de retransmisiones radiofónicas en España fue paralelo al de otros países, siendo Antonio Castilla, experimentado ingeniero del Ejército, el creador de una empresa para la venta de aparatos de retransmisión y de recepción, naciendo en 1923 Radio Ibérica, la primera emisora de España.

El éxito de radioyentes no tardó en extenderse por todo el país en los años veinte, aprobándose en junio de 1924, en plena Dictadura de Primo de Rivera, el Reglamento de la Radiodifusión Española, comenzando a emitir ese mismo año, junto a Radio Ibérica, Radio Barcelona (EAJ-14), a la que siguieron en 1925 Unión Radio Madrid y su competidora Radio Catalana (EAJ-13).

De esta manera se implantaba en España un medio de transmisión oral de vanguardia que pronto se reveló como un medio idóneo de difusión propagandística de los pensamientos políticos, aunque las emisiones también se convirtieran en un entretenimiento de masas en el que no faltaban lecturas, debates de actualidad (serían célebres las tertulias de Ramón Gómez de la Serna), divulgación de cine, arte y obras literarias, servicios informativos y religiosos, la novedad de la música en directo y los mensajes publicitarios. La competencia entre las emisoras por captar oyentes con métodos creativos daría lugar a una nueva profesión: locutor de radio.

Calle Ferrari o Paseo de San Francisco, años 30
La expansión se continuaría en los años treinta, siendo un dato significativo el que Unión Radio, que se convertiría en la radio oficial del régimen republicano, retransmitiera el discurso oficial de investidura de Niceto Alcalá Zamora, primer Presidente de la proclamada Segunda República Española. Poco después, siendo Ministro de Comunicaciones Diego Martínez Barrio, se suprimía la censura y la radio experimentó un considerable crecimiento, aprobándose en diciembre de 1932 el Decreto para la adquisición de licencias para el establecimiento de radios locales, de modo que las 8 emisoras pioneras de los años veinte se convirtieron en 59, lo que estimuló la venta masiva de receptores de radio.

Entre aquellas emisoras figuraban Radio Burgos y EAJ-47 Radio Valladolid, primeros núcleos de radiodifusión en Castilla concedidos por el Gobierno de la República a los jóvenes empresarios emprendedores Fidel Ángel Martínez Sáez y Manuel Mata Villanueva.
Las pruebas de emisión de Radio Valladolid comenzaron a finales de 1932, tras instalarse el primer "estudio" en tres habitaciones del Hotel Francia, por entonces situado en la calle Teresa Gil, que se convirtieron en sala técnica, en oficina de programación y en locutorio. La expectación en la ciudad por tal innovación tecnológica, disparó la venta de receptores de radio, de marcas tanto nacionales como extranjeras, que se vendían en las recién abiertas tiendas especializadas.

Plantilla Real Valladolid años 30
Tras obtener las preceptivas autorizaciones gubernamentales, de ser apoyados por entusiasmados periodistas de El Norte de Castilla y de pasar un dilatado periodo de pruebas que culminó el 24 de enero de 1934 con la presencia en Valladolid del señor Budi, ingeniero de la Dirección General de Telecomunicaciones, que presentó un informe favorable, los empresarios Fidel Ángel Martínez Sáez y Manuel Mata Villanueva anunciaron el comienzo oficial de las emisiones el 1 de febrero de 1934, organizando una gran fiesta para celebrar el acontecimiento.  Fue entonces cuando se eligió el nombre oficial —EAJ 47 Radio Castilla Valladolid— y comenzaron las primeras emisiones compitiendo con Unión Radio Madrid, con mayores medios e implantación territorial.

El día de la inauguración intervino en las ondas Francisco de Cossío, por entonces director de El Norte de Castilla. En principio Radio Castilla Valladolid tenía tres emisiones diarias que ocupaban cuatro horas de programación: sobremesa (de 2 a 3 de la tarde), sección especial diaria (de 6 a 7 de la tarde) y emisión de noche (de 9,30 a 11,30), alcanzando una gran popularidad local, desde el primer momento, la locutora Ana Eugenia Viliesid Russell, que a diario concentraba a los vallisoletanos en torno a los receptores a las 2 de la tarde y que en su debut sus primeras palabras fueron: “Señoras, señores, las primeras palabras que pronuncie ante el micrófono como locutora o speaker de E.A.J.-47, Radio Castilla-Valladolid, han de ser de expresión de mi saludo cariñoso y cordial a todos los radioyentes”.
Gigantones de Valladolid en las fiestas

El equipo de la emisora creó un boletín oficial de la radio local, llamado Altavoz, en el que, además de instruir sobre el buen uso de los receptores, informaba tanto de las novedades de la radio local y nacional como de emisoras extranjeras, iniciándose con regularidad el 8 de marzo de 1934 la programación oficial.

Junto a la música y comentarios de la cartelera de espectáculos, se intercalaban noticias nacionales y locales, aunque en el aspecto informativo, desgraciadamente el ambiente de Valladolid estaba enturbiado por los sucesos ocurridos el 4 de marzo en el Teatro Calderón, cuando tras la fusión de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista de Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma Ramos, con la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera, se produjeron altercados que culminaron con la muerte del estudiante de medicina Ángel Abella.

También en 1934 Radio Valladolid trataba de la celebración de la Semana Santa, incorporaba programas culturales, en colaboración con la Universidad, comenzó la retransmisión de partidos de fútbol, ofrecía cursos de francés e italiano (Sr. Santamaría), inglés (Gordon Clarke) y esperanto (Sta. Cuini), dedicaba un espacio a la audiencia femenina e incluso ofrecía tertulias de temática agrícola y sindical con el deseo de incorporar a estos sectores en las nuevas tecnologías.


Nacionales y falangistas celebrando el fin de la Guerra en la Plaza Mayor
El año 1935, que comenzaba ilusionante para el sector de la radio vallisoletana, se tornó en negro debido al pago de cánones sobre los derechos de autor, motivando las quejas de El Norte de Castilla, convertido en portavoz de la radio local. Al cumplir su primer año en las ondas, Radio Valladolid carecía de la financiación necesaria para mantener la programación y su cierre parecía inminente, aunque ante la amenaza de ser comprada por Unión Radio, la emisora pasó a tener a Jesús Varona como nuevo dueño, que cambió las horas de emisión y emprendió un proceso de modernización dando mayor impulso a la información, incluyendo conexiones con estudios de Madrid, y potenciando la información deportiva.

En ese momento los receptores de todo el mundo conocen un gran perfeccionamiento técnico y los modelos comienzan a renovarse año tras año, siendo muy solicitados los receptores dotados de onda media y onda larga (capaz de recibir las emisiones de las principales capitales europeas), que comienzan a depurar las líneas de aquellos diseños en torno a los cuales se reunía la familia.

Fachada del Ayuntamiento durante la Guerra Civil
En el año 1936 los oyentes de Radio Valladolid participaban de la difusión de las ideologías que se orientaban al enfrentamiento que culminó con el levantamiento militar que provocó la Guerra Civil. Valladolid, tras pocos días de resistencia, quedó bajo el dominio del bando nacional, tomando el control de la radio local los falangistas que apoyaban a los sublevados, que bajo la denominación de Radio FET nº 156 dieron comienzo a la propaganda nacionalsindicalista y que, acabada la contienda, se convertiría en uno de los principales altavoces de exaltación del régimen dictatorial de Franco.

Por entonces comenzaban nuevos tiempos para la radio local y para todo el país, pero esa es otra historia.

Toda la información de este artículo está tomada del trabajo "La revolución de la palabra: del lenguaje radiofónico al caso de EAJ-47 Radio Valladolid (1924-1936)", de Matteo Tomasoni, Universidad de Valladolid, 2011.      


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