13 de octubre de 2017

Theatrum: CRISTO CON LA CRUZ A CUESTAS, la fortuna de un patrimonio recuperado










CRISTO CON LA CRUZ A CUESTAS O JESÚS NAZARENO
Juan Antonio de la Peña (Santa María de Galdo, Mondoñedo (Lugo), h. 1650 - Valladolid 1708)
Hacia 1697
Madera policromada y postizos (imagen vestidera)
Iglesia de San Quirce / Cofradía de la Sagrada Pasión, Valladolid
Procedente del primitivo paso "Camino del Calvario"
Escultura barroca española. Escuela castellana












Esta escultura aislada de Jesús Nazareno ha conocido una historia controvertida cuyo origen se remonta a finales del siglo XVII, cuando esta escultura vestidera fue concebida para formar parte del paso procesional Camino del Calvario, el que fuera contratado por la Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo el 22 de noviembre de 1614 con Gregorio Fernández, que elaboró para la misma una auténtica obra maestra de la escultura procesional, según se puede apreciar en el conjunto actualmente recogido en el Museo Nacional de Escultura.

La fecha del contrato del Camino del Calvario y la valoración de la elaboración de sus componentes en 2.000 reales fue recogida por el Conde de la Viñaza en las adiciones que hiciera al Diccionario de Ceán Bermúdez, al parecer conocedor de la escritura del contrato que se da por desaparecida, en la que se cita estar integrado por las figuras del Nazareno portando la cruz con la ayuda del Cirineo, un sayón tirando de una soga amarrada al cuello de Jesús y otro armado. En una revisión posterior a los escritos de Ceán, fue Martí y Monsó quien incorporó al conjunto la figura de la Verónica, basándose en unas instrucciones de 1661 para armar el paso en las que es citada junto a un sayón portando la soga y la corneta y otro metiendo la lanza en el costado de Jesús, por lo que el conjunto estaría compuesto por cinco figuras.

Izda.: Reconstrucción virtual del aspecto original del paso Camino del Calvario
Dcha.: Aspecto actual del paso Camino del Calvario en el Museo Nacional de Escultura
Todo ello concuerda con los recursos compositivos habituales en Gregorio Fernández, dotado de una especial habilidad para el diseño de pasos procesionales en los que, además de definir cada pasaje pasional de forma diáfana, era capaz de repartir sutilmente el peso de las figuras sobre la plataforma, en este caso con dos figuras a cada lado y otra en el centro actuando como contrapeso.

Por razones estilísticas es evidente que la actual figura de Cristo que figura en el paso —representación de una de las caídas camino del Calvario— no pertenece a la gubia de Gregorio Fernández, siendo Luis Luna Moreno quien, con motivo de la exposición "Gregorio Fernández y la Semana Santa de Valladolid", organizada en 1986 por el Museo Nacional de Escultura, apuntó que la figura original de Cristo debería estar erguida, como ocurre en la réplica del paso que a finales del siglo XVII se hizo para Palencia. Fue entonces cuando propuso como posible figura original de Jesús Nazareno la que recibía culto en el santuario del Carmen Extramuros y con ella se presentó el montaje del Camino del Calvario en la citada exposición1.

Sin embargo, a pesar de dejar en el aire la incógnita por tratarse de una escultura cuya tipología de vestir poco encajaba con los modos fernandinos, como Juan Agapito y Revilla y Juan José Martín González ya habían advertido, Luis Luna Moreno recordaba la costumbre de separar de los pasos procesionales las figuras principales para recibir culto aislado en altares de sus iglesias penitenciales, como ocurrió con este Jesús con la cruz a cuestas en la iglesia de la Cofradía de la Pasión, para el que en 1697 acordaba hacer una nueva túnica, que sería renovada de nuevo en 1816.

Tras la desamortización, las figuras integrantes del paso Camino del Calvario fueron recogidas en 1828 en el recién creado Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid —reconvertido en 1933 en Museo Nacional de Escultura—, identificadas con una "P" incisa en su hombro derecho para indicar su procedencia de la Pasión. La cofradía solicitaba en 1848 el préstamo de la figura del Cirineo para desfilar el Jueves Santo, lo que indica que la imagen de Cristo aún permanecía en la iglesia. Allí la conoció Juan Agapito y Revilla, que informa que en 1926 fue trasladada al convento de San Quirce, donde sufriría ligeramente las consecuencias de un incendio.

Luna Moreno reforzaba su hipótesis realizando un pormenorizado análisis de la escultura del Nazareno del santuario del Carmen Extramuros, precisando que la imagen vestidera presentaba la talla de un desnudo algo tosco en las partes a cubrir por la túnica, que las manos se encontraban muy deterioradas y con partes rehechas debido a su atornillado a la cruz, que en el costado derecho llevaba insertada una chapa metálica con rosca que debía de servir de apoyo a la lanza hiriente que portaba el sayón2 y que en su hombro derecho aparece grabada una "P" que delata su pertenencia a la Cofradía de la Pasión, conjunto de signos inequívocos de su pertenencia al paso Camino del Calvario. Además precisaba la alta calidad de talla de la cabeza, estimando su relación con las obras de Gregorio Fernández en su primera época y apuntando la posibilidad de que dicha imagen de Jesús Nazareno, que desde la iglesia de la Pasión pasó a la iglesia de San Quirce y hacia 1940 al santuario del Carmen Extramuros, pudiera tratarse de la escultura original del paso que se daba por desaparecida3.

Respecto al Cristo que actualmente integra el paso Camino del Calvario se le identifica con la imagen titular de la Cofradía de Jesús Nazareno cuando esta tenía su sede en el convento de San Agustín. Tras la construcción de su propia iglesia penitencial e independizarse de dicho convento en 1676, dando lugar a un pleito por haberse apropiado de su patrimonio, esta cofradía se vio obligada a devolver la imagen a los frailes de dicho convento, donde permaneció hasta que, durante la guerra de la Independencia, fue trasladada primero a la iglesia de San Nicolás y después a la Catedral, donde permaneció hasta que en 1827 fue devuelta a San Agustín.

Sin embargo, en la Desamortización de Mendizábal la escultura fue requisada junto a otros bienes agustinos y recogida en el Museo Provincial de Bellas Artes. En 1922, durante el proceso de reconstrucción de los pasos tradicionales, a falta de la imagen original recurrieron a ella Juan Agapito y Revilla y Francisco de Cossío para recomponer el paso Camino del Calvario. Según propuesta de Luna Moreno, se viene aceptando como autor al escultor Pedro de la Cuadra, que hacia 1600 talló la cabeza, pies y manos para una imagen vestidera a la que en 1697 se añadiría un cuerpo en forma de túnica tallada con numerosos pliegues y tono violáceo.

Izda.: Cristo con la cruz a cuestas, h. 1697. Iglesia de San Quirce, Valladolid
Dcha.: Cristo de la Agonía, Juan Antonio de la Peña, 1684. Iglesia penitencial de Jesús Nazareno, Valladolid
Fue Jesús Urrea quien, por razones estilísticas, rechazaba la atribución a Gregorio Fernández sugerida por Luis Luna Moreno del Jesús Nazareno del santuario del Carmen Extramuros, poniéndola en relación con dos escultores que trabajaron en Valladolid en la segunda mitad del siglo XVII: el vallisoletano Juan de Ávila y el lucense Juan Antonio de la Peña4. Esto implica aceptar que, por razones desconocidas, posiblemente por el deterioro sufrido, la Cofradía de la Sagrada Pasión decidiera encargar una réplica del desaparecido Cristo original de Gregorio Fernández, obra que pudo ser terminada en 1697, año en que está documentado el estreno de una nueva túnica.

Respecto al autor, después de la reciente restauración de la escultura, personalmente me inclino por la autoría de Juan Antonio de la Peña por un doble motivo. El primero, por la fidelidad de adaptación de este escultor en toda su obra a los modelos creados por Gregorio Fernández, que sin duda en este caso fue un requisito exigido por la cofradía comitente, como ya ocurriera en otras ocasiones en que realizó imágenes sustitutorias. El segundo, precisamente por las concomitancias estilísticas que esta escultura presenta con el Cristo de la Agonía, realizado en 1684 para la Cofradía de Jesús Nazareno para suplir al Cristo del paso de la Crucifixión, realizado por Gregorio Fernández en 1612, que esta cofradía se vio obligada a devolver al convento de San Agustín por resolución judicial5.

Tratándose de una imagen de vestir, y teniendo en cuenta el deterioro de las manos, excesivamente retocadas por su acoplamiento a la cruz durante los montajes del paso, es en el trabajo de la cabeza donde se puede apreciar que el Cristo con la cruz a cuestas y el Cristo de la Agonía comparten idénticos recursos expresivos, como la blandura en el modelado del rostro con fines naturalistas, el mismo arqueado de las cejas, la misma forma de tener tallados los párpados, nariz y boca entreabierta y, sobre todo, la misma forma de talla en la melena y la barba, la primera con raya al medio y plana en la parte superior para ir adquiriendo volumen en los mechones rizados a la altura del cuello, incluyendo algunos sueltos, aunque la similitud es más patente en la barba, con minuciosa talla en la que queda resaltado el bigote y la perilla, dispuesta con ondulaciones simétricas y dos puntas muy pronunciadas trabajadas de forma similar.

A ello podemos añadir el empleo en ambos casos de ojos de cristal y corona de espinas postiza, aunque es más significativo el gesto ensimismado y piadoso que ambos comparten, colocándose entre lo más selecto del repertorio barroco de la escultura procesional vallisoletana.

Respecto a la situación actual del Cristo con la cruz a cuestas hay que reseñar que la histórica Cofradía de la Sagrada Pasión conseguía en febrero de 2013 la recuperación de la escultura para su patrimonio, tras lo cual abandonó su altar en el santuario del Carmen Extramuros para pasar a ser custodiada en la iglesia de San Quirce y Santa Julita, sede canónica de la cofradía. Asimismo, como ha ocurrido de forma ejemplarizante con otras imágenes de su titularidad, la Cofradía de la Sagrada Pasión emprendió la consolidación y restauración integral de la escultura, que como novedades recibió una nueva túnica y una nueva corona de espinas, así como la incorporación de una nueva cruz que fue tallada en madera ligera de cedro de Canadá en el taller que el imaginero gaditano Rafael Martín Hernández tiene en el municipio sevillano de Mairena de Aljarafe. Dicha cruz, que recrea un madero con betas y nudos de aspecto envejecido, dispone de un innovador sistema de anclaje mecanizado a la figura de Cristo, con una tuerca camuflada que permite variar su inclinación. Con su aspecto renovado se reincorporaba a las procesiones en la Semana Santa de 2014, ochenta y siete años después de que lo hiciera por última vez en la procesión de "Penitencia y Caridad" de 1927 .
  

Informe, fotografías y recreación virtual: J. M. Travieso.




NOTAS

1 LUNA MORENO, Luis. Gregorio Fernández y la Semana Santa de Valladolid. Catálogo exposición con motivo del 310 aniversario de la muerte del escultor, Ministerio de Cultura, Museo Nacional de Escultura y Junta de Semana Santa de Valladolid, Valladolid, 1986, pp. 51-53.

2 VASALLO TORANZO, Luis. El paso Camino del Calvario de Gregorio Fernández. Boletín del Museo Nacional de Escultura 11, Valladolid, 2007, pp.17-22.

Nueva cruz de Cristo con la cruz a cuestas
Rafael Martín Hernández, 2013
3 LUNA MORENO, Luis. Op. cit., p. 52.

4 URREA, Jesús: Paso del Camino del Calvario. En Pasos restaurados, Museo Nacional de Escultura, Valladolid, 2000, p. 55.

5 ARRIBAS ARRANZ, Filemón: La Cofradía penitencial de N. P. Jesús Nazareno de Valladolid. Valladolid, 1946, pp. 82-90.


















Cristo con la cruz a cuestas antes de su restauración
en el Santuario del Carmen Extramuros, Valladolid













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